Es difícil creer que el MDC haya estado haciendo lo suyo durante más de treinta años cuando escuchas la urgencia juvenil y la energía contenidas en su lado de la cera. Seguramente no han levantado el pie del acelerador con el paso del tiempo. Además de los objetivos políticos habituales que quedaron acribillados por el fuego cruzado verbal de Dave Dictor, el MDC también se permite ser más personal en ocasiones, compartiendo historias saludables de las cicatrices que han adquirido en el camino. Sería prudente escuchar esa sabiduría. La complejidad de la música, especialmente cuando se toca tan rápido, muestra una afinidad natural entre la banda y sus instrumentos que sólo se puede adquirir habiendo pasado tanto tiempo en compañía de los demás. La única pequeña crítica que tengo es que el sonido es un poco plano para mi gusto, y algunas partes podrían necesitar un respaldo más fuerte (¿guitarra rítmica?) cuando el traste comienza en serio. Pero el poder general de todo esto es innegable, especialmente cuando la voz de Dave entra en acción. Incluso me atrevería a decir que este es el lanzamiento más fuerte que han hecho desde ese primer álbum y EP clásico.
Si bien The Restarts no tienen la duración de servicio de sus amigos estadounidenses, ciertamente son una parte familiar del mobiliario del punk rock. Escuchar a este adorable trío ladrar sus pensamientos y sentimientos más sinceros y con los pies en la tierra sobre el mundo es a la vez edificante y reconfortante, como un gran plato de estofado y albóndigas en una fría noche de invierno. Claro, puede que el exterior sea sombrío, pero, con el combustible adecuado en tu interior, puedes afrontarlo de frente y con una sonrisa. Muchas bandas intentan lograr la combinación de sonido callejero puro y actitud sensata con diversos grados de éxito (y, más a menudo, fracaso *tos* Casualties *tos*), pero The Restarts lo logran sin esfuerzo porque eso es exactamente lo que son: punks serios y sensatos. Ya sea en los eventos 'punk de Glastonbury' que ayudan a pagar las cuentas, o en un sótano ocupado recaudando dinero para cualquier causa que lo necesite, lo dan todo. Están en la carretera con tanta frecuencia como no, así que asegúrate de ir a saludarlos si pasan por algún lugar cercano. Hasta entonces, toma esta joya y convierte tu humilde morada en la mejor opción". (OPND)